Cómo se calcula la Reserva Ovárica

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Calcular reserva ovárica
La reserva ovárica es la cantidad de óvulos disponibles que toda mujer tiene en su organismo desde antes de nacer y cuya cifra disminuye paulatinamente a lo largo de la vida. Este dato se puede conocer a través de pruebas sencillas, cuyos resultados facilitan la planificación del embarazo.

Tanto la cantidad como la calidad de los óvulos son determinantes para conseguir un embarazo. Por ello, conocer la reserva ovárica (la cantidad de óvulos de los que dispone una mujer en un momento concreto de su vida) puede ser clave, sobre todo en mujeres mayores de 35 años o con dificultades para quedarse embarazadas.

Tal y como explica The American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG), la fertilidad de la mujer disminuye de manera gradual pero significativa a partir de los 32 años, aproximadamente, decreciendo más rápidamente al cumplir los 37 años.

Se estima que este declive es especialmente notorio entre los 10 y los 15 años previos a la menopausia, de tal forma que, por regla general, alrededor de los 45 años la reserva ovárica está prácticamente agotada, independientemente de que no se hayan manifestado los síntomas menopáusicos y aún se tenga la menstruación o de que.

Se sabe que el número máximo de ovocitos presentes en los ovarios (de 6 a 7 millones) se alcanza antes de nacer, a las 20 semanas de gestación en el feto femenino, disminuyendo aproximadamente entre 1-2 millones tras el nacimiento.
Esta reducción de la reserva ovárica se produce de forma mantenida a lo largo de toda la vida reproductiva femenina, pasando de 300.000 a 500.000 óvulos durante la pubertad; a 25.000, a los 37 años, y a 1.000, a los 51 (edad promedio de la menopausia).

Conocer cuántos óvulos se tienen


Para entender mejor la importancia de conocer la cantidad de óvulos de los que se dispone en cada momento, hay que tener en cuenta algunos aspectos:
  • La relación entre la edad y la reserva ovárica es inversamente proporcional: a mayor edad, menor cantidad de óvulos disponibles para lograr la gestación.
  • Se trata de un proceso irreversible: cada mujer nace con un número limitado de óvulos que se va agotando con el paso de los años, sin posibilidad de “regenerarse”.
  • Junto a la disminución de la cantidad de óvulos, también se reduce la calidad de cada uno de ellos, aumentando la posibilidad de presentar anomalías cromosómicas.
  • Lo habitual es que la mayoría de las mujeres no descubran que tienen una reserva ovárica reducida hasta el momento en que deciden tener un hijo y tras un periodo de tiempo intentándolo sin conseguirlo y sin que haya otro motivo que lo justifique.
  • En la actualidad no hay ningún tratamiento o estrategia que mejore la reserva ovárica ni que impida o ralentice su disminución.

Qué factores influyen en la reserva ovárica


La edad es el factor que tiene más impacto y que resulta más determinante en la cantidad de óvulos disponibles. Sin embargo, existen otras circunstancias que pueden favorecer un descenso prematuro de la reserva ovárica:
  • Antecedentes de cirugía ovárica previa.
  • Endometriosis grave.
  • Infección pélvica.
  • Tratamientos oncológicos (quimioterapia, radioterapia).
  • Tabaquismo y otros hábitos de vida poco saludables.
  • Historial familiar de menopausia precoz.
  • Enfermedades autoinmunes. La Sociedad Española Multidisciplinar de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas (SEMAIS) recuerda que determinadas patologías o procesos crónicos, como las enfermedades autoinmunes sistémicas (SEAS), pueden tener un impacto negativo en la reserva ovárica de las mujeres, en la calidad de los gametos, en el pronóstico de gestación espontánea e, incluso, en el éxito del embarazo tras someterse a un tratamiento de fertilidad.

Pruebas para calcular la reserva ovárica


Existen varias pruebas que pueden determinar de forma precisa la cantidad de óvulos disponibles en un momento determinado de la vida. Las más utilizadas son el recuento de folículos antrales y el análisis de la hormona antimülleriana (AMH):
  • Recuento de folículos antrales. Los folículos antrales son son los folículos iniciales, que empiezan a crecer en cada ciclo, en los que se desarrollan los óvulos y son muy pequeños (miden entre 2 y 10 mm). Para determinar la cantidad de estos folículos se realiza una ecografía transvaginal durante la primera fase del ciclo menstrual. El resultado de esta prueba indica cuántos óvulos habría disponibles y también puede ofrecer información sobre la respuesta de la mujer a la estimulación ovárica con gonadotropinas, en caso de que decida someterse a un tratamiento de reproducción asistida. Las gonadotropinas, son las hormonas que se encargan de controlar el desarrollo folicular y la ovulación.
  • Análisis de la hormona antimülleriana (AMH). Esta hormona es una glicoproteína presente de forma natural en el organismo de todas las mujeres en edad reproductiva (desde la pubertad, hasta la menopausia). Se produce en el folículo y se relaciona con la cantidad de óvulos disponible. Los niveles séricos de esta hormona reflejan el estado de la reserva ovárica de la mujer. Se determina a través de un sencillo análisis de sangre que, a diferencia del conteo de folículos antrales, se puede realizar en cualquier momento del ciclo, a cualquier hora del día y sin necesidad de estar en ayunas. Unos niveles cercanos a 2 de hormona antimülleriana en sangre son indicativos de una reserva ovárica óptima y de una mayor probabilidad de conseguir el embarazo.
  • También se puede determinar la reserva ovárica midiendo los valores en sangre de otras hormonas: la foliculoestimulante (FSH), la luteinizante (LH) y el estradiol. Estas intervienen en el proceso de desarrollo de los óvulos, y sus niveles pueden conocerse mediante un análisis sanguíneo que se realiza al inicio del ciclo menstrual (entre el primer y el quinto día). En general, unos niveles de FSH elevados son indicativos de una cantidad baja de óvulos, mientras que los niveles altos de estradiol se asocian a una cantidad óptima de óvulos disponibles.

Los resultados de estas pruebas ofrecen mucha información sobre la capacidad reproductiva de la mujer en ese momento concreto, lo que permite planificar adecuadamente el embarazo y tomar decisiones a tiempo, sobre todo en los casos en los que la reserva ovárica es baja o se sospecha que existen problemas de infertilidad.

En este sentido, hay que concienciar a las mujeres sobre las ventajas que tiene conocer su reserva ovárica a tiempo (antes de los 35 años), una recomendación especialmente significativa en el contexto de sociedades como, por ejemplo, la española, en la que las mujeres cada vez retrasan más la edad de su primer embarazo.

Los riesgos de no tener una reserva ovárica suficiente


Los parámetros que definen la existencia de una reserva ovárica baja están determinados principalmente por los resultados del recuento de folículos antrales y de la AMH:

  • Folículos: En general, un recuento igual o inferior a 4 ovocitos por ovario o de 7 en total (sumando los dos ovarios) son valores de una baja reserva ovárica.
  • AMH: Se consideran niveles bajos de óvulos disponibles los inferiores a 1 ng/ml. Por el contrario, unos valores de AMH entre 2 y 6 ng/ml reflejan una reserva ovárica óptima.

En cuanto a las consecuencias de no tener unos niveles adecuados de reserva ovárica, la principal es una menor fertilidad y, por tanto, una mayor dificultad para lograr un embarazo de forma natural, aunque no lo dificulta totalmente.

En este sentido, desde la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM) se se explica que los resultados anormales de las pruebas de determinación de reserva ovárica sugieren una disminución en el potencial de fertilidad, pero ningún estudio por sí solo puede predecir la capacidad de una mujer de quedar embarazada, ya que la probabilidad de lograr la gestación se relaciona fundamentalmente con la calidad de los óvulos.

Por ejemplo, algunas mujeres jóvenes con resultados normales (esto es, que demuestran unos niveles óptimos de reserva ovárica) pueden tener dificultades para concebir. En este sentido, es importante analizar cada caso siempre de forma individualizada. Asimismo, hay que tener en cuenta que los resultados pueden variar de un ciclo menstrual a otro.

Ante una determinación de reserva ovárica baja se pueden presentar distintos escenarios:

  • Preservación de la fertilidad. Los datos sobre su reserva ovárica permiten a las mujeres empezar a planificar la maternidad a corto o largo plazo y adoptar decisiones como la criopreservación de ovocitos. En este sentido, y para preservar la cantidad y la calidad de los óvulos, se recomienda a las mujeres que no estén planificando un embarazo criopreserven los ovocitos antes de los 35 años. Esto es importante, ya que los ovocitos preservados mantienen las características y capacidades que tienen en el momento de la extracción, independientemente del tiempo que tarden en utilizarse.
  • Valorar la reproducción asistida. La fecundación in vitro es un procedimiento de reproducción asistida que está indicado en aquellos casos en los que existe una reserva ovárica baja y no se consigue un embarazo de forma natural. Incluye una fase de estimulación ovárica, que consiste en la administración de medicación para conseguir un número suficiente de óvulos adecuados. La ovodonación es una técnica en la que se recurre a los óvulos de una donante para conseguir la gestación, y se realiza en aquellos casos en los que existe una reserva ovárica baja y la estimulación ovárica no es suficiente para conseguir óvulos de calidad

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