Clásicamente se definía como:
Esterilidad primaria
Incapacidad de conseguir una gestación espontánea desde el inicio de las relaciones sexuales sin que, al menos durante un año, se hayan utilizado métodos anticonceptivos.
Esterilidad secundaria
Incapacidad de conseguir una gestación espontánea tras la consecución previa de un embarazo.
Infertilidad
Incapacidad de lograr un recién nacido viable tras, al menos, haber logrado dos embarazos consecutivos.
El término "Disfunción Reproductiva" aglutinaría a todos los anteriores y no conlleva el carácter estigmatizador que socialmente representan algunos de los conceptos preliminares. Además es una definición más amplia, menos restrictiva y más amable que la de esterilidad.
Disfunción Reproductiva o Subfertilidad
Se define desde el punto de vista médico como la incapacidad de conseguir una gestación espontánea en un periodo de tiempo equivalente al de la media de la población. Aunque en la mayor parte de las parejas la disfunción reproductiva no supone en sí misma ningún riesgo para la salud de la mujer o del varón, existen ocasiones en las que durante su estudio se descubren otras patologías de las que la subfertilidad es sólo una de sus manifestaciones clínicas (p.e.: hipotiroidismo, tumores, endometriosis, alteraciones cromosómicas, etc...). Por tanto, aunque la posibilidad de conseguir un embarazo es el principal objetivo, no es el único beneficio que puede obtenerse del estudio de una pareja con disfunción reproductiva.
La especie humana es poco fértil y no es infrecuente que parejas normales tarden bastante tiempo en conseguir una gestación. Por ello, en las parejas más jóvenes (menores de 35 años) que no tengan una patología conocida de base, no está indicado comenzar el estudio hasta, al menos, haber mantenido un año de relaciones sexuales sin utilizar ningún método anticonceptivo (lo cual no implica que no puedan producirse embarazos espontáneos pasado ese tiempo).
Dado que la edad de la mujer es un determinante fisiológico de la fertilidad, en las mujeres mayores de 35 años es imperativo comenzar el estudio si no han logrado una gestación tras haber mantenido seis meses de relaciones sexuales sin protección anticonceptiva. Otras circunstancias individuales que aconsejan adelantar el estudio de disfunción reproductiva son: mujeres con ciclos menstruales irregulares y/o periodos de amenorrea secundaria, antecedentes de cirugía pélvica previa o varones con riesgo conocido de subfertilidad (orquitis, epididimitis, etc…)