¿QUÉ ES LA DONACIÓN DE ÓVULOS?
Es un procedimiento médico por el que una mujer joven y sana puede ceder sus óvulos a otra con problemas reproductivos que, en la mayoría de los casos, logrará la gestación mediante fecundación in vitro.
Gracias a la donación de óvulos y a los avances en las técnicas de reproducción asistida, muchas parejas que no pueden concebir un hijo por sus propios medios cumplen su sueño de ser padres.
Los tratamientos de reproducción asistida que recurren a ovocitos de donantes, como la FIV por ovodonación, arrojan altas tasas de éxito por transferencia embrionaria: entre 55 y 60%, ya que se trata de óvulos con gran capacidad de dar lugar a embriones evolutivos, de mujeres jóvenes y sin problemas de fertilidad ni ginecológicos.
Perfiles de las candidatas a receptoras y donantes de óvulos
Las mujeres que recurren a técnicas de reproducción asistida y precisan óvulos de donante, a las que se denomina receptoras, suelen encontrarse en uno de estos supuestos o una combinación de los mismos:
- Tener más de 40 años y bajas probabilidades de quedarse embarazadas con sus propios óvulos;
- Presentar fallo ovárico o menopausia precoz;
- Tener óvulos de mala calidad;
- Padecer una enfermedad genética;
- Haber padecido un cáncer cuyo tratamiento ha mermado su fertilidad;
- Sucesivas FIV negativas con óvulos propios;
- Presentar un cuadro grave de endometriosis;
- Haber experimentado varios abortos.
La fecundación puede llevarse a cabo con el semen de la pareja, si la hay y si sus espermatozoides son de calidad, o con semen de donante si la mujer no tiene pareja masculina o si su pareja tiene algún problema reproductivo que incapacita a sus gametos para la fecundación del óvulo.
Por su parte, la donante debe cumplir una serie de requisitos objetivos, más allá de tener la determinación de ayudar a otra mujer a tener hijos. Los principales requisitos de la donante son:
- Edad entre 18 y 35 años;
- Buena salud física y mental, que se comprobará mediante una serie de controles que incluyen una revisión ginecológica para comprobar el estado de la reserva ovárica, un análisis de sangre para conocer su grupo sanguíneo y descartar enfermedades infecciosas, un estudio genético o cariotipo y un test psicológico;
- Ovulación normal;
- No padecer enfermedades genéticas, malformaciones o infecciones;
- Tener hábitos saludables y un óptimo índice de masa corporal;
- Conocer los antecedentes de sus familiares cercanos y proporcionar información certera al respecto, por lo que una mujer adoptada no puede ser donante;
- No haber dado a luz a más de seis hijos;
- No guiarse por una motivación económica;
- Estar informada de los riesgos y beneficios de la donación;
- Ofrecer su consentimiento por escrito para someterse al proceso;
Fases de la donación de óvulos
El proceso de donación de ovocitos para la donante coincide con la primera fase de una fecundación in vitro. Éste comienza con la estimulación ovárica mediante medicación hormonal. Posteriormente, se controla mediante ecografías y análisis clínicos el desarrollo folicular durante unos diez días, hasta determinar el día óptimo para la punción folicular y la extracción de los óvulos.
- Tratamiento hormonal. Este primer paso varía según si la donación de óvulos se hará en fresco o si van a ser vitrificados para posponer su uso. Para la donación en fresco hay que sincronizar el ciclo menstrual de donante y receptora. La estimulación ovárica controlada comienza al inicio del ciclo menstrual de la donante, cuando aparece la menstruación. La donante recibe una pauta de medicación del ginecólogo con indicaciones sobre la cantidad y el día que debe administrarse cada tipo de medicación hormonal. Dicha medicación consiste en unas inyecciones subcutáneas autoadministrables que contienen distintas hormonas, unas favorecen la ovulación controlada, si bien otras evitan la espontánea. Durante el proceso, es importante no mantener relaciones sexuales ante el riesgo de gestación;
- Control ecográfico. Aproximadamente, desde el inicio del ciclo menstrual, la donante acudirá a la clínica regularmente para someterse a ecografías vaginales. La finalidad es hacer un seguimiento de la evolución de los folículos ováricos que alojarán los óvulos en su proceso de maduración. Los folículos están listos cuando alcanzan un diámetro de unos 18-20mm. Transcurridos entre 10 y 12 días del comienzo del proceso, se alcanza el número y tamaño adecuados de folículos. Es entonces cuando se administra una última inyección, concretamente entre 32 y 34 horas antes de la punción ovárica. Dicha inyección desencadenará la maduración de los folículos y la ovulación;
- Punción ovárica o folicular. Se trata de una intervención quirúrgica sencilla e indolora para la que se requiere anestesia y que no dura más de 20 minutos. Se ha de llevar a cabo justo antes de que se produzca la ovulación. El ginecólogo realizará una ecografía vaginal y con un dispositivo guía llegará hasta los ovarios. Va aspirando los folículos ováricos y obteniendo los óvulos que hay en su interior, que serán tratados en el laboratorio. Tras la operación, la donante permanece unas horas en la clínica y, una vez se recupera de la anestesia, puede marcharse a su casa, preferiblemente acompañada. El resto del día se recomienda mantener reposo.
En los días siguientes, la donante mantendrá contacto con la clínica por si sufre cualquier complicación. El proceso finaliza cuando le llega de nuevo la menstruación.
Riesgos de la donación
Aunque el protocolo médico a seguir para la donación de óvulos se sustenta sobre una abundante práctica clínica, es altamente seguro y los controles son bastante rigurosos, se debe informar a la donante de los posibles riesgos que existen por infrecuentes que sean:
- Síndrome de hiperestimulación ovárica, una respuesta exagerada de los ovarios a la medicación por la que se desarrollan más folículos de lo esperado. Puede ser leve, moderada o grave, si bien esta última afecta a menos de un 2% de las donantes;
- Embarazo ectópico (fuera del útero) o múltiple tras mantener relaciones sexuales sin protección durante el tratamiento para obtener los óvulos;
- Hinchazón o disconfort abdominal a causa de la estimulación y punción ovárica;
- Posibilidad de infección y/o sangrado tras la extracción de los óvulos;
- Riesgos habituales asociados a la anestesia general;
- Hematomas abdominales tras el pinchazo de la medicación para estimular la ovulación;
- Sequedad vaginal, cansancio y síntomas de regla.
No se conocen efectos a largo plazo de la medicación utilizada para la estimulación ovárica y tampoco hay estudios consistentes que relacionen su uso con el desarrollo de determinados tipos de cáncer.
Por otra parte, la fertilidad de la donante no disminuye tras someterse a una donación de óvulos. Las mujeres nacen con un número de óvulos y en cada ciclo menstrual se pierden unos cuantos, ya que suele madurar uno, en ocasiones alguno más, y el resto sufre un descarte natural por un proceso denominado atresia. En el proceso de donación se consigue evitar esa pugna por la supervivencia de modo que en un solo ciclo logran madurar más óvulos de lo habitual que, de otra forma, se perderían. Por eso, la donación no tiene efectos negativos en la reserva ovárica. Además, se ha comprobado que someterse a sucesivos ciclos de estimulación no perjudica a la respuesta ovárica en cuanto a la cantidad y calidad de ovocitos obtenidos, según un estudio publicado en Human Reproduction.
Regulación legal de la donación de óvulos
La donación de óvulos en España es un acto altruista y anónimo regulado por la Ley 14/2006, de 26 de mayo en su artículo 5. Para la donación mediará un contrato gratuito, formal y confidencial entre la donante y el centro autorizado. Además, la donante tendrá que firmar un documento de consentimiento e inscribirse en el Registro Nacional de Donantes.
La Ley establece que el número máximo autorizado de hijos nacidos en España generados con gametos de un mismo donante no podrá ser superior a seis.
Por otra parte, el anonimato de las donantes tiene algunos límites legales. Tanto la receptora del óvulo donado como el niño o niña nacido/a gracias a la donación, tienen derecho a obtener información general sobre la donante sin incluir su identidad. Excepcionalmente, cuando exista un peligro para la vida o la salud del hijo o cuando proceda con arreglo a las leyes procesales penales, podrá revelarse la identidad de la donante, aunque con carácter restringido y siempre que sea necesario para evitar dicho peligro. En Europa, mientras países como Francia, Portugal o Italia mantienen este anonimato, en otros como Austria, Suecia o Reino Unido, la donación de óvulos no es un acto anónimo, y en Bélgica, están admitidas ambas opciones.
Siguiendo con la Ley española, ésta contempla la opción de revocar el contrato si la donante cambia de opinión acerca de su decisión de donar. También es posible revocar la donación cuando la donante necesite para sí misma los óvulos donados y siempre y cuando estén disponibles.
Si bien la donación de óvulos tiene un carácter altruista y gratuito, la donante percibe un dinero en compensación por los inconvenientes ocasionados por el proceso. En España oscila entre los 800 y los 1.000 euros, un tope fijado por el Ministerio de Sanidad. En toda Europa el panorama es muy variado, desde la ausencia de retribución económica en Italia o el pago exclusivo de los gastos asociados debidamente acreditados en Francia, a los 250 euros de Finlandia, uno de los países con mayor salario mínimo interprofesional, o la prohibición de donar óvulos en países como Alemania. En Bélgica, esta compensación alcanza los 2.000 euros y, aunque supera en más de 300 euros el salario mínimo de ese país, proporcionalmente al nivel de vida, en Bulgaria y Grecia la equivalencia del importe que recibe la donante en horas de trabajo en esos países es mayor: once y seis semanas, respectivamente, según Eurostat.
De acuerdo con los datos recabados en 2018 por la European Society of Human Reproduction and Embryology (ESHRE), el 40% de todos los tratamientos de FIV con óvulos de donante se realizaron en España, el país más activo en reproducción asistida, según la asociación. Muchos de ellos tuvieron como destinatarios pacientes extranjeros, probablemente alentados por la gran calidad y experiencia de los centros españoles especializados en fertilidad.
Consecuencias del anonimato de la donante de óvulos
En una guía elaborada por el Comité Europeo sobre Trasplante de Órganos del Consejo de Europa en colaboración con la ESHRE se especifica que la donación de óvulos difiere de la de otros tejidos o células en que la información genética o ADN del donante de ovocitos se transmitirá a todos los niños nacidos como resultado de esta donación. Por ello, la donante ha de tener en cuenta a la hora de tomar la decisión que tanto ella como sus hijos y descendientes guardarán una relación genética con los niños nacidos a partir de la donación, pero no existirá ninguna responsabilidad legal ni derecho sobre los segundos. Si bien dentro de Europa hay diferencias legislativas al respecto entre los distintos países, la citada guía recoge algunas premisas que sí son comunes dentro de la Unión para la donante de óvulos:
- No será la madre legal de ningún niño/a nacido/a como resultado de su ovodonación;
- No tendrá obligaciones legales ni económicas hacia el niño/a nacido/a de su ovodonación;
- No aparecerá mencionada en el certificado de nacimiento del bebé;
- No generará derechos sobre la manera de educar al niño/a.
Donación de óvulos a la ciencia
La opción prevista legalmente de donar óvulos o embriones a la ciencia suscita un debate ético resuelto de distintas maneras según el país. En España, los embriones no pueden ser generados expresamente para investigar, ni se pueden donar a la ciencia sin haber sido criopreservados previamente. Solo cuando la pareja ya no vaya a utilizarlos con fines reproductivos se les puede dar este destino, previa firma de los debidos consentimientos y siempre que la investigación vaya a llevarse a cabo en centros sanitarios autorizados.
En un documento del grupo de trabajo sobre Ética y Ley de la ESHRE se establece que la donación de ovocitos y embriones para investigación puede contribuir a mejorar aspectos de la medicina reproductiva como las técnicas de reproducción asistida, las nuevas tecnologías aplicadas a la criopreservación de óvulos o a su maduración in vitro, el control de la fertilidad, la prevención de enfermedades genéticas y los abortos espontáneos recurrentes, entre otros. También permitirá conocer mejor los mecanismos de enfermedades graves como la fibrosis quística y hacer progresos en medicina regenerativa mediante, por ejemplo, terapia celular, campo en el que se incluye el denominado “clonado terapéutico".